
El presidente interino de Perú, José Jerí, defendió enérgicamente la decisión de su gobierno de romper relaciones diplomáticas con México, tras el asilo otorgado a Betssy Chávez en la embajada mexicana en Lima. En un mensaje publicado en la red social X, Jerí enfatizó la firmeza de la posición de su administración, subrayando que esta ruptura es una respuesta a lo que considera un acto inamistoso por parte del gobierno mexicano. La embajadora de México en Perú, Karla Ornela, fue informada de su obligación de abandonar el país, dejando clara la gravedad de la situación diplomática entre ambas naciones.
El canciller peruano, Hugo de Zela, justificó la drástica medida al señalar que las acciones del actual y anterior presidente de México han influido negativamente en los asuntos internos de Perú. Durante una rueda de prensa, De Zela expresó su desconcierto y tristeza ante la decisión de México de brindar asilo a Chávez, a quien se le acusa de ser cómplice en el fallido intento de golpe de Estado de diciembre de 2022, liderado por el expresidente Pedro Castillo. Este contexto ha generado una escalada de tensiones que ha llevado a las autoridades peruanas a considerar que la situación ya no se podía tolerar.
Jerí lamentó que la persistencia del gobierno mexicano en lo que él considera una posición equivocada y desafiante haya llegado al punto de obligar a Perú a romper vínculos diplomáticos. A pesar de esta ruptura, el canciller aclaró que las relaciones consulares han permanecido intactas, indicando que cualquier formalidad respecto al posible asilo de Betssy Chávez aún está pendiente y dependerá de una comunicación formal por parte del gobierno mexicano. Esta ruptura no solo marca un fuerte cambio en las dinámicas diplomáticas, sino que también refleja el profundo malestar de Perú con respecto a las intervenciones extranjeras en sus asuntos internos.
La situación de Betssy Chávez es compleja; ella enfrenta cargos de rebelión junto a Pedro Castillo, quien intentó disolver el Congreso en un acto que muchos consideran un golpe de Estado. La ex primera ministra, quien fue clave en el gobierno de Castillo, ahora se encuentra en una posición muy delicada, ya que su asilo en la embajada mexicana no solo inflama las tensiones entre Perú y México, sino que también ha generado respuestas adversas en el ámbito político peruano. Las acusaciones en su contra están enmarcadas en un contexto legal donde la corrupción y la manipulación política juegan un papel crucial.
El panorama se complica aún más con la referencia a la reciente decisión del Tribunal Constitucional, que ordenó la excarcelación de Chávez, argumentando que había sido detenida de manera arbitraria. Este hecho plantea diversas interrogantes sobre la independencia judicial en Perú y la influencia externa sobre la política interna. A medida que la situación avanza, la relación entre Perú y México podría seguir deteriorándose, mientras que los líderes de ambos países buscan mantener la legitimidad de sus respectivas posiciones y la estabilidad de sus mandatos ante sus ciudadanos.
