
El 11 de septiembre de 2023 marca un hito significativo en la memoria colectiva de Chile, al conmemorarse 52 años del golpe militar que derrocó al gobierno de Salvador Allende. Este acto no es solo un recordatorio del ataque a La Moneda, sino de la pérdida de un modelo democrático que buscaba instaurar un socialismo auténtico, basado en la justicia social y la dignidad de todos los ciudadanos. En sus palabras, el arquitecto y sociólogo Daniel Jadue enfatiza la importancia de no permitir que esta conmemoración se convierta en un ritual vacío, sino que sirva como un llamado a la reflexión profunda y a la acción comprometida por un futuro más justo.
El legado de Salvador Allende sigue vivo en las luchas contemporáneas de la sociedad chilena. A lo largo de los años, su visión de una democracia socialista, que incluya no solo el acto de votar sino también un compromiso con el bienestar económico, cultural y social, ha resonado con aquellos que luchan por un cambio real. Jadue recuerda que elmartillo del mercado no puede dictar las condiciones de vida de los chilenos; en su lugar, debe prosperar un sistema que garantice dignidad y equidad para todos, valores fundamentales que Allende abogó durante su presidencia.
Sin embargo, a más de cinco décadas del golpe, la deuda con la verdad y la justicia persiste. La sociedad chilena sigue lidiando con las secuelas del neoliberalismo impuesto por la dictadura, un modelo que ha sido mantenido y perpetuado por gobiernos que, bajo la bandera del progreso, han optado por cuidar la estabilidad del mercado en lugar de atender las demandas de la ciudadanía. A pesar de la lucha por conocer la historia completa y buscar justicia para las víctimas, los mismos sistemas que despojaron a las familias de su dignidad continúan vigentes, creando un ciclo de frustración y desconfianza en las instituciones.
La tibieza ante los legados del pasado ha abierto la puerta al resurgimiento de la ultraderecha, que intenta deslegitimar la memoria histórica y relativizar los horrores perpetrados durante la dictadura. La creciente normalización de discursos que justifican el golpe y sus acciones represivas plantea un riesgo inminente para la democracia. Este llamado de alerta se convierte en una urgencia, donde Jadue destaca que recordar no es suficiente; es vital actuar de manera contundente en defensa de los valores de justicia y dignidad, enfrentando las sombras de un pasado que parece querer repetirse.
La conmemoración de este 11 de septiembre debe redoblar esfuerzos por el socialismo, no como una utopía lejana, sino como una necesidad urgente ante el fascismo que vuelve a amenazar el continente. En este contexto, reafirmamos que el sacrificio de Salvador Allende y de otros héroes que dieron su vida por un Chile mejor no fue en vano. Sigamos luchando por abrir esas grandes alamedas que, llenas de vida y esperanza, aguardan la llegada de un pueblo organizado y decidido a construir un futuro en libertad y justicia. Convertir el dolor en fuerza y la memoria en acción es el homenaje más poderoso que podemos rendir a quienes soñaron con un país más justo.