El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció este martes un ataque a una embarcación en el Pacífico vinculada al narcotráfico que resultó en la muerte de 14 personas. Este hecho ha generado preocupación internacional, especialmente en México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum expresó su desacuerdo con la forma en que se llevan a cabo estos ataques, señalando que no se están respetando las normativas internacionales. La acción militar se enmarca dentro de una estrategia más amplia del gobierno estadounidense para combatir el narcotráfico en la región, pero ha suscitado críticas sobre el uso de la fuerza en aguas que son consideradas soberanas.

La presidenta Sheinbaum anunció que la Secretaría de Marina de México (Semar) ha activado un operativo de búsqueda y rescate tras la supervivencia de uno de los tripulantes del ataque. Este esfuerzo se realiza en nombre de razones humanitarias y busca localizar al náufrago en un operativo que se desarrolla a casi 830 kilómetros al suroeste de Acapulco, Guerrero. La Semar ha dicho que la operación se lleva a cabo siguiendo el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS) y en coordinación con la Guardia Costera de EE. UU., asegurando que todas las medidas necesarias se están tomando para salvaguardar la vida humana en el mar.

El Secretario de Guerra de EE. UU. confirmó el ataque, que se realizó bajo la Orden de operaciones militares del presidente Trump. Según Hegseth, este ataque es parte de un esfuerzo sostenido por combatir a las Organizaciones Terroristas Designadas (DTO) que trafican narcóticos en el Pacífico Oriental. Este tipo de acciones militares no solo han tenido un impacto significativo en la reducción de embarcaciones narcotraficantes, sino que han dejado un saldó trágico en el cual se han perdido vidas, resaltando así la complejidad del combate al narcotráfico y los dilemas éticos que surgen.

Desde que se intensificaron las operaciones, EE. UU. ha llevado a cabo un total de 13 ataques que han ocasionado la muerte de al menos 57 personas, lo que ha elevado las tensiones entre los dos países respecto a las tácticas utilizadas en la lucha contra el narcotráfico. En un contexto donde la colaboración es esencial, las diferencias sobre la forma de abordar esta amenaza global se vuelven cada vez más evidentes. La insistencia de Estados Unidos en llevar a cabo acciones de ataque y su justificación basada en la lucha contra el narcotráfico puede estar creando fricciones diplomáticas con México.

En medio de este conflicto, los operativos de búsqueda y rescate se mantienen activos y son vistos como un intento de equilibrar las consecuencias trágicas de las acciones militares con la asistencia humanitaria. La presidenta Sheinbaum prometió que México haría todo lo posible para garantizar la seguridad de sus ciudadanos en el mar y defendió la postura de que operaciones como estas deberían ser conducidas con la plena cooperación y el respeto entre naciones. La comunidad internacional espera que esta situación se maneje con la delicadeza que merece, y que se busque un enfoque más colaborativo en la lucha contra el narcotráfico que priorice la vida humana.