
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció la noche de este martes un nuevo estado de excepción con el objetivo de abordar la grave conmoción interna que afecta a cinco provincias y tres municipios del país. Esta medida, en respuesta a los alarmantes índices de violencia, será implementada durante un periodo de 60 días a partir de este miércoles. Las provincias de Guayas, Manabí, El Oro, Santa Elena y Los Ríos han sido identificadas como las más afectadas, además de los municipios de La Maná, Las Naves y Echeandía en la provincia de Bolívar y Cotopaxi. Esta decisión busca restablecer el orden y garantizar la seguridad de los ciudadanos ante la escalada de violencia relacionada con el crimen organizado.
El decreto ejecutivo oficial en el que se formaliza esta decisión destaca que los actos violentos provenientes de grupos criminales organizados han mostrado un aumento alarmante en octubre, específicamente en las regiones mencionadas. Se ha observado que muchos de los asesinatos recientes son resultado de disputas territoriales entre bandas criminales, lo que sugiere una profundización de la violencia asociada al narcotráfico y otras actividades ilícitas. Eventos recientes, como la explosión de un carro bomba en Guayaquil que dejó un muerto y más de treinta heridos, evidencian la gravedad de la situación, con el Gobierno atribuyendo estos actos a la organización criminal Los Lobos, la más poderosa del país.
De acuerdo con las autoridades, los municipios de La Maná, Las Naves y Echeandía son considerados ‘territorios estratégicos y de resguardo’ para diversas bandas criminales. El presidente Noboa ha señalado que, ante esta compleja situación, se suspenderán ciertos derechos como la inviolabilidad del domicilio y de correspondencia para permitir que las fuerzas de seguridad realicen registros y allanamientos en su lucha contra el crimen organizado. Esta medida busca facilitar la recolección de evidencia y la desarticulación de las organizaciones criminales que operan en estas regiones, las cuales han registrado un incremento de violencia y actividad delictiva.
Es importante destacar que Ecuador ya había estado bajo sucesivos estados de excepción, una estrategia pulsada por Noboa desde enero de 2024 tras declarar un “conflicto armado interno” en un intento por intensificar los esfuerzos contra las organizaciones criminales que él categoriza como terroristas. Sin embargo, a pesar de estas medidas, la violencia en el país ha alcanzado niveles sin precedentes. En el actual año 2025, Ecuador enfrenta un promedio impactante de un asesinato por hora, una estadística que resalta la urgencia de la situación y las limitaciones de las políticas de seguridad implementadas hasta el momento.
El presidente Noboa se ha manifestado en reiteradas ocasiones con determinación, enfatizando que no retrocederá ante la presión de las mafias que amenazan la paz y la seguridad en Ecuador. Tras un ataque reciente que lo dejó ileso, Noboa reafirmó su compromiso de enfrentar al crimen organizado con las herramientas que le otorgan la ley y el poder ejecutivo. A medida que el clima de violencia se intensifica, la atención pública y la presión internacional sobre el gobierno ecuatoriano se incrementan, lo que añade una capa de complejidad a la lucha por restaurar el orden y la seguridad en el país.
