
La niña de 2 años que fue protectora de su abuela durante la desgarradora explosión del camión de gas en la Ciudad de México el pasado 10 de septiembre ahora recibe tratamiento médico en Texas. Gracias a los esfuerzos de la Fundación Michou y Mau, Jazlyn fue trasladada a uno de los hospitales de la fundación, donde se le podrá brindar la atención especializada que requiere tras sufrir graves quemaduras. Este incidente, que dejó hasta el momento un saldo trágico de 15 fallecidos y numerosos heridos que continúan luchando en hospitales de la capital, ha conmocionado al país y ha resaltado la valentía de quienes han estado involucrados en la tragedia.
La Fundación Michou y Mau, dedicada a ayudar a menores quemados, confirmó el traslado de Jazlyn a los Shriners Hospitals for Children en Galveston, Texas, a través de un comunicado emitido el 15 de septiembre. La presidenta de la fundación, Virginia Sendel, expresó su gratitud al personal del Centro Médico Siglo XXI en la Ciudad de México, donde la bebé recibió atención inicial, y al equipo médico que la espera en Texas. Esta coordinación destaca la importancia de las iniciativas solidarias en momentos de crisis sanitaria, especialmente en el caso de los más vulnerables.
Dentro de esta historia de valentía, se encuentra la abuela de Jazlyn, Alicia Matías Teodoro, quien se ha convertido en un símbolo de coraje. Cuando el camión que transportaba 50,000 litros de gas LP volcó, liberando una nube mortal, Alicia utilizó su cuerpo para proteger a su nieta de las llamas. Su heroísmo no terminó ahí, pues aún con lesiones severas, continuó buscando atención médica para la niña, lo que muestra la profunda conexión y amor familiar que ambas compartían.
Lamentablemente, la abuela falleció el 13 de septiembre, después de no poder resistir las graves quemaduras que afectaron más del 90% de su cuerpo. Este momento devastador no solo conmocionó a su familia, sino a la nación entera. La imagen de Alicia sosteniendo a su nieta en medio del caos ha circulado ampliamente, destacando la tragedia de esta situación y el sacrificio de una abuela que, ante el peligro inminente, solo pensó en proteger a su amada nieta.
Actualmente, las autoridades reportan que 39 personas todavía se encuentran hospitalizadas debido a las heridas sufridas en la explosión, mientras que otras 30 han recibido alta médica. La tragedia del 10 de septiembre ha dejado una huella profunda en la comunidad, generando un llamado a la acción para reforzar medidas de seguridad y prevención en el transporte de materiales peligrosos. La historia de Jazlyn y su abuela seguirá resonando como un recordatorio del costo humano de los accidentes industriales y la importancia del amor familiar en tiempos de crisis.