Las tormentas eléctricas son fenómenos naturales que, aunque pueden ser impresionantes y espectaculares, representan un grave riesgo para la seguridad de las personas. El caso reciente de Yassin Khalifa, un joven de 15 años que fue alcanzado por un rayo en Central Park, es un recordatorio impactante de los peligros asociados a estas tempestades. Según el Servicio Meteorológico Nacional, más de 25 millones de descargas eléctricas ocurren en Estados Unidos cada año, especialmente durante el período estival, cuando las condiciones climáticas son más propensas a generar estas tormentas. Esta situación ha llevado a las autoridades y a la comunidad del área triestatal de Nueva York a implementar medidas de concienciación y prevención, destacando la importancia de tomar precauciones antes y durante una tormenta eléctrica.

Para quienes se encuentran al aire libre durante una tormenta eléctrica, es crucial saber cómo protegerse. Lo más importante es buscar refugio en un lugar cerrado tan pronto como se escuche un trueno, ya que estar expuesto puede resultar mortal. Es recomendable ingresar a un edificio que tenga instalación eléctrica y fontanería o a un vehículo con techo metálico y ventanas cerradas. Además, hay que evitar las áreas elevadas, ya que los rayos tienden a impactar en los puntos más altos del terreno. También se aconseja no acostarse en el suelo y, en su lugar, agacharse con los pies juntos para reducir el contacto con la superficie del terreno. Mantenerse alejado de objetos conductores y no refugiarse bajo estructuras improvisadas son medidas clave para minimizar el riesgo de ser alcanzado por un rayo.

Una vez a salvo en el interior de un edificio, las personas no deben bajar la guardia. Es vital evitar el uso de dispositivos eléctricos, ya que la electricidad puede ingresar a través del cableado. Asimismo, mantenerse lejos de fuentes de agua es esencial, pues las tuberías pueden conducir electricidad. Las puertas y ventanas deben permanecer cerradas para protegerse de impactos a través del vidrio o estructuras metálicas. También se aconseja no recostarse sobre superficies de concreto, dado que estas pueden contener varillas de metal internas que son conductoras de electricidad. Por último, es fundamental esperar al menos 30 minutos después del último trueno antes de regresar al exterior, ya que los rayos pueden seguir activos incluso después de que la lluvia haya cesado.

Si alguien es alcanzado por un rayo, es importante actuar con rapidez. Lo primero que hay que hacer es asegurarse de que la persona que ha sufrido el impacto no retiene electricidad, lo que significa que se puede tocarla con seguridad para brindarle asistencia. Se debe llamar inmediatamente al 911 y, si la víctima no respira o no tiene pulso, se deben iniciar maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) si se tiene el conocimiento para hacerlo. Mantener a la víctima en un lugar seco y seguro hasta que llegue ayuda médica es fundamental, dado que muchas veces las lesiones por rayos pueden ser graves y provocar consecuencias a largo plazo. En Estados Unidos, el número de muertes anuales por rayos asciende a al menos 20, y se estima que cientos más sufren secuelas físicas y mentales tras accidentes de este tipo.

La tragedia reciente y los constantes recordatorios de los peligros de las tormentas eléctricas subrayan la necesidad de una educación continua sobre seguridad en fenómenos climáticos. Es imperativo que la comunidad esté informada no solo sobre la inminencia de las tormentas eléctricas, sino también sobre las medidas a seguir para protegerse a sí misma y a otros. Instituciones educativas y organizaciones locales deben jugar un papel activo en la divulgación de estas prácticas seguras, asegurándose de que todos tengan acceso a información y recursos adecuados. Mantente siempre informado con los pronósticos del tiempo y no subestimes la fuerza de la naturaleza—la prevención y la preparación pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.