Este martes, las autoridades chilenas anunciaron el desmantelamiento de una facción de la temida red criminal transnacional conocida como Tren de Aragua, resaltando la efectividad de un operativo que resultó en la detención de 29 individuos. La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) informó que 28 de los detenidos son venezolanos y uno chileno, todos presuntamente relacionados con una serie de delitos graves, incluyendo secuestro, extorsión y narcotráfico. Este operativo, denominado “Metástasis”, se llevó a cabo en seis ciudades del país y se extendió a diversas regiones, incluyendo puntos clave como Temuco, Pucón y Santiago, lo que evidencia la amplia red de operaciones del Tren de Aragua en Chile.

La intervención policeal, que involucró a alrededor de 300 efectivos, se ejecutó de manera simultánea en 33 inmuebles, y según la jefa regional de la PDI en La Araucanía, Catalina Barría, esta acción es parte de una larga investigación que comenzó tras un homicidio perpetrado en 2022. Barría destacó que el objetivo principal del operativo es desarticular a un grupo malicioso conocido como «Loyalty», una célula que surgió en las prisiones de Aragua, Venezuela, y que ha ido ganando notoriedad por sus operaciones ilícitas en varios países de América Latina.

Durante los allanamientos, las autoridades lograron incautar una impresionante cantidad de evidencia criminal, incluyendo armas, municiones, y diversas drogas como clorhidrato de cocaína, cannabis y ketamina. Además, se encontraron equipos electrónicos y cerca de 20 millones de pesos chilenos en efectivo, equivalentes a aproximadamente 20 mil dólares, lo que subraya el nivel de actividad criminal y la organización detrás del Tren de Aragua. Los detenidos enfrentarán múltiples cargos, entre los que se incluyen asociación ilícita, infracción a la ley de armas, secuestro y tráfico de drogas, en un caso que está siendo liderado por el Ministerio Público.

El Tren de Aragua, que tiene su origen en las cárceles de Venezuela, se ha expandido por diversos países de América Latina, aprovechando la situación de los flujos migratorios para establecer redes de control territorial. Su presencia ha sido notable en países como Colombia, Perú y Bolivia, y su llegada a Chile plantea serios desafíos a las autoridades locales, quienes luchan contra la creciente ola de crimen organizado que afecta a varias regiones del país. La prolífica actividad del Tren de Aragua ha generado preocupación no solo en las fuerzas de seguridad chilenas, sino también en el resto de la región, considerando las implicaciones multinacionales que traen consigo las operaciones de estas organizaciones.

La situación se complica aún más con declaraciones recientes de autoridades estadounidenses, quienes han subrayado la conexión del Tren de Aragua con otras organizaciones criminales en la región, como la MS-13. Estas advertencias han llevado a un aumento de la vigilancia y a esfuerzos coordinados entre países latinoamericanos para combatir esta problemática que trasciende fronteras. El caso del Tren de Aragua es un claro ejemplo de cómo las organizaciones criminales se están adaptando y evolucionando, aprovechando el contexto sociopolítico de la región para amplificar su alcance y consolidar su poder, lo que exige una respuesta integral y efectiva de parte de los gobiernos afectados.