En una declaración difundida este viernes, la coalición Unidad por Chile admite que existen tensiones y diferencias internas, principalmente en torno a la identidad política, la política internacional y la orientación económica. Es cierto que estas discrepancias se conocían desde el inicio, pero lo que convoca a las fuerzas es un objetivo común: derrotar al fascismo, contener al neoliberalismo y abrir un camino de reformas sociales que dignifiquen la vida del pueblo. La declaración, atribuida a René Leal Hurtado, doctor en Sociología, está fechada el 1 de octubre de 2025.

El documento sitúa al país ante una encrucijada histórica ante el avance neoliberal-fascista, que podría consolidar una recomposición hegemónica y reforzar los privilegios de unos pocos, profundizando la desigualdad de las grandes mayorías. Frente a este escenario, la alianza Unidad por Chile se presenta como una respuesta necesaria, un instrumento político para abrir paso a un horizonte de justicia social, dignidad y democracia real.

Se subraya que la alianza es una ‘alianza táctica’ y no un compromiso estratégico para sustituir el capitalismo por una sociedad socialista —propósito legítimo pero que no ha alcanzado consenso—, sino un marco para levantar reformas de alcance inmediato y profundo. Se enfatiza la recuperación del rol del Estado como garante de derechos sociales, la frena de la mercantilización de la vida y la lucha contra la desigualdad de clase, la dominación patriarcal y la discriminación hacia los pueblos originarios y la población migrante.

El texto describe una ‘guerra de posiciones’: consolidar espacios de justicia y equidad dentro del orden vigente para debilitar las bases de un proyecto hegemónico que ya muestra signos de agotamiento. También recuerda que el neoliberalismo fracasó en su promesa de progreso y bienestar, imponiéndose por la fuerza de la dictadura y luego por el consenso manipulado de la transición, pero hoy enfrenta la resistencia de un pueblo que despertó en 1983, 1988 y, con más fuerza, en 2019, y que advierte el peligro del fascismo. Como recordaba Gramsci, estamos en un interregno en el que acecha el peligro del fascismo, que en Chile se expresa en el proyecto de José Antonio Kast: una salida autoritaria, racista y clasista.

El llamamiento final exhorta a la militancia de los partidos, a los movimientos sociales y a la ciudadanía consciente a asumir la alianza táctica con firmeza, humildad y claridad de propósito. No es momento de dispersar fuerzas en disputas secundarias; es tiempo de unidad en lo esencial: impedir el avance fascista, avanzar con conquistas sociales concretas y demostrar que la política puede ser un camino de dignidad para el pueblo. Unidad por Chile, unidad por la vida digna, unidad por derrotar al fascismo.