
Las próximas primarias en Chile se están presentando como una oportunidad clave para que las candidaturas de izquierda, socialdemócratas y progresistas aborden de manera efectiva las inquietudes y necesidades de la población. Frente a un panorama marcado por la incertidumbre y la desconfianza, es crucial que los líderes políticos no se limiten a lanzar promesas generales, sino que se enfoquen en presentar propuestas concretas. Tal como lo ha mencionado la candidata Jeannette Jara con su lema de «trabajar», se hace necesario que las futuras políticas tiendan a soluciones específicas que puedan ser palpadas por los ciudadanos. Los votantes están exigiendo más que nunca un plan de acción tangible que responda a sus apremiantes demandas diarias.
Una de las principales preocupaciones de los chilenos es el constante aumento del costo de la vida. En este contexto, es imperativo que las propuestas electorales incluyan medidas claras para estabilizar y, si es posible, reducir este costo. Las estrategias deberían avanzar hacia la implementación de un salario vital que garantice una mejor calidad de vida y poder adquisitivo para las familias. Además, la subida de impuestos a los sectores más ricos podría ser un medio para financiar iniciativas que beneficien a las clases más vulnerables, generando así un efecto positivo en la equidad social.
En el ámbito de la salud, otro tema que genera gran descontento es la larga espera en la atención médica. Las candidaturas deben plantear soluciones efectivas para disminuir estas listas de espera que afectan a miles de chilenos. Invertir en infraestructura de salud y garantizar la disponibilidad de recursos humanos en el sistema sanitario son pasos indispensables. Además, el desarrollo de políticas que promuevan derechos sexuales y reproductivos se vuelve esencial en un contexto de creciente violencia de género, siendo necesario establecer un plan que aborde directamente la preocupante tasa de femicidios en el país.
La vivienda también debe ser una de las prioridades en las propuestas electorales. En un país donde la crisis habitacional es innegable, avanzar hacia la construcción de más viviendas debe ser un objetivo central. No se trata solo de edificar casas, sino de asegurar que estas sean de calidad y accesibles para todos. A su vez, invertir en desarrollo regional y en mejorar el transporte público puede generar impactos positivos en la movilidad y la calidad de vida de las personas, y está en la capacidad de los candidatos presentar proyectos que busquen esta equidad territorial.
Por último, el fortalecimiento de la educación y la atención a la niñez deben ser ejes fundamentales en cualquier plan de gobierno. Es primordial que los programas incluyan garantías de calidad educativa, recursos para la formación docente y apoyos a familias con niños y adolescentes vulnerables. En este sentido, se hace urgente escuchar y subsanar las necesidades específicas de cada sector de la sociedad, lo que permitirá captar la atención de un electorado que busca respuestas y no meras promesas. La cercanía y el diálogo con la ciudadanía serán claves para cultivar la confianza y la participación activa en este proceso electoral.