En una reciente decisión judicial, un juez estadounidense ha rechazado la solicitud de Tesla de desestimar una demanda colectiva que acusa a la empresa de Elon Musk de engañar a sus clientes. La demanda alega que Tesla hizo creer a los propietarios que sus vehículos pronto tendrían capacidades de autoconducción completas.

Desde 2016, Tesla y Musk han publicitado que las tecnologías Autopilot y Full Self-Driving (FSD) estaban casi listas para su implementación, lo que llevó a muchos conductores a pagar precios más altos por sus vehículos. 

La jueza de distrito Rita Lin, en San Francisco, permitió que los propietarios presenten demandas por negligencia y fraude basándose en las afirmaciones de Tesla sobre la capacidad del hardware de sus vehículos para la conducción autónoma.

Thomas LoSavio, un abogado jubilado de California y demandante principal del caso, afirmó que pagó una prima de $8,000 en 2017 por las capacidades FSD en un Tesla Model S. LoSavio esperaba que esta tecnología mejorara la seguridad de su conducción a medida que envejecía, confiando en las promesas de Tesla. 

Sin embargo, seis años después, la tecnología prometida aún no se ha materializado, y Tesla sigue sin poder ofrecer un automóvil completamente autodirigido.

La demanda busca compensaciones para todas las personas que compraron o alquilaron vehículos Tesla con funciones Autopilot, Enhanced Autopilot y Full Self-Driving desde 2016. Además, Tesla enfrenta varias investigaciones federales para determinar si sus tecnologías de autoconducción han contribuido a accidentes mortales. 

Los fiscales también están evaluando si Tesla cometió fraude de valores o fraude electrónico al engañar a los inversores sobre las capacidades de sus vehículos.

Tesla ha declarado que su sistema Autopilot permite a los vehículos dirigir, acelerar y frenar dentro de sus carriles, y que Full Self-Driving permite a los vehículos obedecer señales de tráfico y cambiar de carril. 

Sin embargo, la compañía ha reconocido que ninguna de estas tecnologías hace que los vehículos sean completamente autónomos, ni eximen a los conductores de la responsabilidad de prestar atención a la carretera.

La decisión de la jueza Lin resalta la preocupación sobre las promesas no cumplidas de Tesla y las expectativas de los consumidores. El caso continuará en los tribunales, con un enfoque en si Tesla engañó intencionalmente a los propietarios al sugerir que sus vehículos estaban a punto de ser totalmente autónomos.

El fallo también subraya la importancia de la transparencia en la comunicación de las capacidades tecnológicas y su desarrollo. Mientras tanto, los propietarios de Tesla y la industria automotriz en general están atentos a cómo se resolverá este caso y qué implicaciones tendrá para el futuro de la conducción autónoma.

En medio de estas tensiones legales, la imagen de Tesla enfrenta un semáforo en rojo, deteniéndose a considerar las promesas tecnológicas versus la realidad entregada a sus clientes.