
En los últimos días, el ambiente mediático en torno a la candidatura presidencial de Jeannette Jara ha estado dominado por la continua insistencia de los reporteros sobre la situación en Cuba y Venezuela. Durante un punto de prensa en el salón principal de la CUT, tanto Lautaro Carmona como Bárbara Figueroa presentaron la candidatura de Jara y recibieron múltiples preguntas en torno a estos dos países, evidenciando una aparente obsesión de los medios por este tema en particular. En su primera entrevista en CNN-Chile, las preguntas sobre Cuba volvieron a surgir, reafirmando la idea de que la atención sobre la política exterior de Jara se convertirá en un eje central durante su campaña electoral, más allá de los temas sociales y económicos domésticos que son igualmente relevantes.
La inquietud que suscita esta pauta mediática va más allá del simple interés informativo; parece abrir flancos políticos que podrían afectar la percepción pública de Jara. Desde varios sectores se impulsa el cuestionamiento de su postura sobre la realidad cubana y venezolana, dejando de lado cuestiones críticas en la agenda nacional. La directriz parece ser desviar el diálogo hacia temas internacionales con el fin de despojar a la candidata de su enfoque en problemáticas locales, lo que presenta un desafío considerable para Jara, que deberá estar bien preparada para atender estas interrogantes sin desestimar su agenda electoral.
El constante emplazamiento a Jeannette Jara sobre la situación en Venezuela y Cuba por parte de periodistas de medios convencionales y conservadores refleja una clara intención de examinar sus credenciales democráticas y su compromiso con los derechos humanos a través de su postura sobre estos regímenes. Sin embargo, uno de los aspectos más críticos es que estas preguntas a menudo carecen de un contexto más amplio, limitándose a enfoques rígidos que no permiten explorar la complejidad de los temas en cuestión. Jara se verá obligada a utilizar estrategias comunicacionales efectivas para navegar estas interrogantes, mientras mantiene su postura de defensa de los derechos humanos tanto en el ámbito internacional como en su propio país.
Es fundamental reconocer que existe un elemento de sesgo en el enfoque mediático que toma a Cuba y Venezuela como el estándar para evaluar la postura de la candidata. A menudo se ignoran las realidades de otros contextos o incluso los desafíos de derechos humanos en Chile. Como se ha señalado, la discusión sobre derechos humanos en Cuba a menudo deja de lado otros aspectos, como las misiones médicas cubanas que han beneficiado a muchos chilenos. Este enfoque limitado impide un análisis más matizado de las acciones y posturas políticas de Jara y su partido en relación a temas de derechos humanos en su propio territorio.
Finalmente, surge una pregunta crítica: si existe genuina preocupación por la posición de Jara en relación a sistemas democráticos y derechos humanos, ¿por qué se restringe la discusión a solo Cuba y Venezuela? Existen múltiples escenarios internacionales que merecen ser abordados, desde la política bipartidista en Estados Unidos hasta las violaciones de derechos en otras partes del mundo, incluyendo Chile mismo. Mientras la cobertura mediática gira en torno a estos dos países, el foco se pierde en la realidad local, donde muchas voces claman por respuestas sobre la desaparición de personas y abusos estatales. Este sesgo en la cobertura subraya una necesidad urgente de una discusión más equilibrada y completa en la que se evalúe a todos los actores, locales e internacionales, en igualdad de condiciones.