
El estilo de inspiración nórdico ha ganado popularidad durante los últimos años. Se originó en los países de la zona norte de Europa, a inicios del siglo XX. Sus principios básicos son la sencillez, el minimalismo y los colores crudos o neutros, aportando tranquilidad y sosiego al diseño de interiores.
¿Quieres redecorar tu hogar siguiendo esta tendencia? ¡Pon atención a estos puntos clave!
Luminosidad necesaria
El clima de los países nórdicos se caracteriza por sus bajas temperaturas, acompañadas de largos inviernos. Por ello, la buena iluminación es un elemento imprescindible para recrear este estilo. Grandes ventanales que permitan el paso de la luz serían lo ideal, pero puedes optar por colocar diferentes tipos de cortinas. Lo importante es que no impidan el paso de los rayos solares. Un buen ejemplo pueden ser las cortinas translúcidas de día, que permiten reflejar la luz y darle armonía al espacio al mismo tiempo. Para la noche, unas cortinas black out son ideales para descansar ya que impiden el ingreso de luz. Un contraste perfecto a favor del buen descanso.
Suelos naturales
Si tu presupuesto incluye remodelar los pisos de la casa, elige maderas claras para las estancias y cerámicas blancas para el baño. En el estilo nórdico, los tonos oscuros de los suelos no son muy habituales.
En cambio, si no planeas una modificación a gran escala, coloca tupidas alfombras en tonos crudos y naturales, como crema, sepia y blanco. Gracias a esto, las estancias lucirán más iluminadas.
Paredes sencillas
Esta misma intención de resaltar la luminosidad debe reflejarse en el color de las paredes. Aunque predomina el blanco, puedes elegir algún tono de crema, beige o incluso gris muy claro. Utiliza el color seleccionado sólo o en combinación con otro tono neutro.
Muebles de madera y hierro
Junto con la luz, los toques que recuerden a la naturaleza son imprescindibles en el estilo nórdico. Por ello, es recomendable adquirir muebles de madera, sobre todo fabricados en variedades claras, como el abedul o el haya.
De igual forma, el diseño del mobiliario debe ser sencillo, con líneas limpias, evitando accesorios o formas innecesarias, como nudosidades sobre la madera.
Los muebles de hierro también calzan con este estilo, pues aportan sobriedad. Recomendamos adquirirlos en color negro, para que generen contraste con la luminosidad de las estancias.

Nórdico: Práctico y funcional
Uno de los pilares del estilo nórdico es el minimalismo, es decir, seguir la primicia de que menos es más. Pensando en esto, sugerimos adquirir muebles que cumplan más de una función y se adapten por completo a las necesidades de la familia; por ello, es necesario planificar antes de correr a la tienda.
Por ejemplo, una mesa extensible será de mucha utilidad, pues ahorrará espacio en el día a día, pero sin limitar la posibilidad de disfrutar junto a los amigos. También son recomendables las camas con cajoneras, las mesas de centro que “esconden” pequeños cojines bajo ellas o el librero con una repisa desplegable para colocar el computador.
El objetivo es equipar la casa con las piezas necesarias, pero que cada una cumpla ojalá más de una función, para evitar que se sobrecarguen las habitaciones.
Textiles naturales para el estilo nórdico
Al igual que la madera, los textiles son una oportunidad para introducir la frescura de lo natural en una decoración con estilo nórdico. Además de las alfombras que ya mencionamos para los pisos, los cojines, las sábanas y las fundas del sofá pueden adquirirse en materiales como lana, lino o algodón, siguiendo el patrón de los tonos neutros.
Plantas verdes
¿Qué mejor manera de agregar elementos naturales, que por medio de plantas? También son un accesorio imprescindible en esta tendencia. Como en cualquier estilo de decoración, recomendamos adquirir plantas tras asesorarse con el vivero de la localidad, para elegir aquellas más adecuadas según el clima y el lugar donde se colocarán.
¿No quieres cuidar plantas? Adquiere algunas de plástico para aportar el toque de verdor que tanto necesitas.
Mobiliario nórdico, pocos complementos
El mobiliario necesita ser complementado con objetos como lámparas, repisas para libros, cuadros, entre otros. Prefiere aquellos que se caractericen por sus formas sencillas y colores neutros, ya sea fabricados en metal, plástico o madera.
En este punto, también puedes añadir algo un poco más osado, como cuadros en forma de rombo o una combinación de marcos de diversos tamaños.

Personalizar los espacios
Los colores neutros, los elementos naturales y las plantas son excelentes para recrear el estilo nórdico, pero no hay que olvidar otro punto importante: ¡es tu casa! Por ello, aprovecha de aportar un poco más de vivacidad por medio de algunos elementos decorativos.
Pueden ser figuras que te gusten, fotografías familiares, souvenirs e incluso detalles handmade como mantas, piezas de cerámica, portavelas, jarrones, bandejas, muñecos tejidos… ¡La lista es interminable! Incluso pueden olvidar las fundas de lino y adquirir otras con divertidos estampados para tus cojines. El objetivo es que, dentro de ese estilo tan sobrio, encuentres elementos con los que te identifiques y te hagan sentir en casa.
El estilo nórdico se caracteriza por sus formas simples y sus tonos claros. Gracias a esto, permite crear estancias sobrias y de apariencia limpia, que pueden ser complementadas con plantas y elementos decorativos divertidos para aportar el toque personal a la casa.