
El 14 de abril de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que busca abordar una de las preocupaciones más acuciantes para los estadounidenses: el alto costo de los medicamentos. La nueva directiva pretende reducir los precios de los medicamentos recetados, acelerar el proceso de aprobación para los medicamentos genéricos y revisar el funcionamiento del programa Medicare, el sistema de salud pública que beneficia a millones de personas mayores en el país. Esta acción se produce en un contexto de creciente presión por parte de consumidores y legisladores para asegurar que los fármacos sean más accesibles y asequibles.
La orden ejecutiva instruye al secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., a colaborar con el Congreso para modificar el Programa de Negociación de Precios de Medicamentos bajo receta establecido en 2022. Este programa permite al gobierno negociar precios más bajos con las compañías farmacéuticas en beneficio de los beneficiarios de Medicare. No obstante, Trump ha criticado ciertos aspectos del programa, incluyendo la llamada ‘penalización de la pastilla’, que establece límites de precios para algunos medicamentos durante un período prolongado. El presidente argumenta que esta situación podría desincentivar la innovación en la creación de nuevos medicamentos.
Entre las medidas clave de la orden ejecutiva, Trump destaca la necesidad de acelerar los procesos de aprobación de los medicamentos genéricos, que son cruciales para ofrecer alternativas más económicas a los fármacos de marca. Además, busca reevaluar el papel de los intermediarios en la cadena de suministro farmacéutica, lo que podría suponer un cambio significativo en cómo se establecen los precios. La iniciativa también incluye el objetivo de identificar medicamentos que puedan ser reclasificados para su venta sin receta, ampliando así el acceso a tratamientos comunes y necesarios.
La orden menciona específicamente medicamentos como la insulina y la epinefrina, resaltando la intención de hacerlos más accesibles para las personas de bajos ingresos o sin seguro médico. Esta medida es especialmente relevante, dado el auge de los costos de la insulina en los últimos años, lo que ha llevado a muchas personas a enfrentar decisiones difíciles sobre su salud. La administración de Trump parece decidida a facilitar el acceso a estos y otros medicamentos, en un esfuerzo por abordar las preocupaciones sociales en torno a la salud pública.
Finalmente, la orden ejecutiva también contempla la posibilidad de aumentar la importación de medicamentos a bajo costo, un movimiento que se considera estratégico en el marco de la guerra comercial en curso. Al mismo tiempo, Trump ha solicitado a Kennedy Jr. que trabaje en colaboración con varios departamentos del gobierno para enfrentar prácticas anticompetitivas de los fabricantes de medicamentos. Esta agresiva agenda de reformas busca no solo aliviar la carga financiera de los estadounidenses, sino también fomentar un entorno más competitivo y eficiente en el sector farmacéutico.